El PRI abrió la puerta a la posibilidad de postular a un ciudadano como su candidato para la Presidencia de la República en las elecciones del próximo año, siempre y cuando el prestigio y la fama del ciudadano elegido pongan al partido en condición competitiva para ganar.

Sin embargo, los priistas rechazaron la propuesta de que la elección del candidato presidencial sea a través de una consulta abierta a la militancia y simpatizantes.

Los delegados del PRI aprobaron la propuesta de José Ramón Martell de reformar el Artículo 166 del predictamen para abrir “el candado” a fin de poder postular un candidato ciudadano.

La propuesta de Martell es que el militante o ciudadano simpatizante del PRI que pretenda ser postulado como candidato a un cargo de elección popular deberá cumplir con los requisitos que establecen los Estatutos de ese partido.

De esta forma, los priistas le envían un fuerte mensaje a la autodestapada Ivonne Ortega Pacheco: no quieren nada con ella.

Así, es prácticamente un hecho que el tricolor preferirá dar la candidatura a la presidencia de México a un ciudadano que a un político desgastado y desprestigiado como la ex gobernadora de Yucatán.

Queda claró que las aspiraciones de Ortega Pacheco de llegar a Los Pinos no las destruyeron los panistas, ni Morena ni el PRD, sino su propio instituto político que no confía en ella en lo más mínimo.