Liliana y Angélica Araujo colocaron a su parentela en el gobierno del estado
Las hermanas Araujo Lara colocaron a sus familiares en diferentes dependencias del gobierno estatal, a pesar de que no cuentan con la formación profesional para ocupar los cargos que ostentan
Fuente: REDACCION

Carecen totalmente de vergüenza las hermanas Angélica y Liliana Araujo Lara, pues además de realizar mediocremente el trabajo por el cual los ciudadanos les pagan jugosos sueldos han colocado a varios familiares suyos en diferentes puestos en el gobierno del estado, sin tener la formación profesional necesaria.

Como informamos ayer, Liliana Araujo empezará en septiembre su tercer periodo como alcaldesa de Tekantó, mientras que Angélica está cobrando sus últimos días como senadora plurinominal. A partir del 01 de septiembre dejará de mamar del erario, pero se va con su bono de un millón de pesos.

Sin embargo, las hermanas Angélica y Liliana han aprovechado sus influencias para colocar a toda su paretenla en la administración estatal, con el visto bueno del gobernador Rolando Zapata Bello.

Comenzamos con Humberto Araujo Lara (hermano de las susodichas) quien a pesar de tener solo preparatoria terminada cobra como jefe de departamento de Infraestructura Urbana de Electrificación en el Instituto de la Vivienda del Estado de Yucatán, dependencia que es cuota de la senadora Araujo Lara.

Aunque el cargo que ostenta suena muy rimbombante, en realidad es un simple mandandero porque no tiene conocimientos profesionales de la labor que realiza, pero sí cobra 30 mil pesos al mes por hacer cosas muy sencillas. Tiene a su cargo a gente que efectúa el trabajo que él debería hacer.

El anterior titular era un ingeniero pero falleció hace cinco años por lo que de manera ventajista Angélica Araujo aprovechó para colocarlo en un puestazo, ya que antes Humberto trabajaba en una bodega. De ser un simple bodeguero pasó a ser jefe de departamento y cobrar 30 mil pesos mensuales.

Continuamos con el esposo de Liliana y cuñado de Angélica, se trata de Oscar Carrillo Sosa, maestro de educación física, quien gracias a su mujer tiene contratos en Tekantó, y varios municipios más.

Desde hace varios años está comisionado en el estadio Salvador Alvarado (en Mérida) aprovechando que tanto él como Liliana radican en la capital yucateca ya que les da flojera vivir en Tekantó, municipio que supuestamente gobierna Araujo.

(El sujeto aparece en la foto que ilustra esta nota, junto a su esposa Liliana Araujo)

Por si esto no fuera suficiente, la prima de ambas, Olda Beatriz Lara Marrufo, cobra como intendente en el gobierno del estado un salario cercano a los 10 mil pesos, cuando en cualquier empresa privada a duras penas aspiraría a ganar la mitad. Muchos profesionistas quisieran ganar 10 mil pesos mensuales.

Así que no dan paso sin huaraches las hermanitas Araujo Lara, explotaron muy bien que el PRI gobernó 11 años Yucatán. Veremos si el próximo gobierno tolera este tráfico de influencias. A eso se suma que la hija de Liliana Araujo cobra una beca en el IBECEY gracias a sus palancas.

La joven estudia en la universidad más cara de Yucatán, sus papás tienen cargos públicos muy bien remunerados, viven en una mansión en el norte de Mérida, pero el gobierno del estado le paga a la chica por estudiar, cuando esas becas están destinadas a personas que sí lo necesitan. Así de grande es la burla al pueblo.