Mérida, Yucatán a miércoles 24 de abril de 2024
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Tres años cobrando más de 200 mil pesos al mes como diputado federal por Yucatán, y ningún ciudadano conoce al ecologista Andrés Fernández del Valle Laisequilla, quien ni siquiera es yucateco.
De todos los diputados federales de Yucatán fue el más desapercibido, nadie sabe lo que hizo en tres años, nunca realizó ningún informe, jamás recorrió ninguna colonia, comisaria de Mérida o de cualquier municipio de esta entidad, es más, ni siquiera radica en este estado.
No se sabe que haya presentado iniciativas, tampoco se sabe cuáles han sido sus posicionamientos en la máxima tribuna de México, y mucho menos sabemos cómo defendió al país, si es que lo hizo.
De acuerdo a la página oficial de la Cámara de Diputados este sujeto ni siquiera está titulado de su carrera en Derecho ya que se quedó como pasante. En más de 10 años no ha podido (o no ha querido) titularse.
Su meteórica carrera se la debe a quien fue su jefe Harry Rodríguez Botello Fierro, actual dirigente estatal del Partido Verde Ecologista, quien se autorregaló nuevamente una diputación local plurinominal.
De hecho, Fernández del Valle fue asistente de Harry cuando este último ocupó una curul en el Congreso del Estado en la legislatura pasada.
Harry convirtió en diputado federal a su ex asistente; de hecho los dos “ecologistas” llevaban varios años trabajando de manera coordinada pero ninguno es yucateco.
Vale la pena indicar que Fernández del Valle inició su trayectoria política en la Ciudad de México, de donde es orignario. Luego vino a Yucatán y recibió todo en bandeja de plata. Para colmo de males, recibirá su bono de un millón de pesos en la Cámara de Diputados.
Es necesario recordar que tanto Fernández del Valle como su ex jefe y amigo Harry Rodríguez Botello aparecieron literalmente de la nada en la escena política de Yucatán, pues absolutamente nadie los conocía.
Este fue un exceso más del controvertido partido Verde Ecologista que se reparten entre ellos los cargos plurinominales como si fuera un negocio familiar. Ahí no importa la trayectoria, ni los méritos. Todo se maneja como una franquicia.
Luego se preguntan porqué los ciudadanos destruyeron con sus votos al PRI y a su perro fiel, el Partido Verde.