Ya que un juez federal ordenó la cancelación del manifiesto de impacto ambiental (MIA) de la polémica granja de cerdos todos los diputados del Congreso del Estado empezaron a preocuparse por esta situación, que lleva varios años.
No olvidemos que el presidente del Poder Legislativo local, Felipe Cervera Hernández, cobró como diputado federal tres años, mientras que la coordinadora de la fracción parlamentaria del PAN cobró seis años como senadora y ninguno de los dos se pronunció nunca a favor del caso Homún.
Desde la comodidad de sus lujosas oficinas en la Ciudad de México tanto el hijo de Víctor Cervera como Rosa Adriana ignoraron el problema que se avecinaba con el caso Homún. Jamás se preocuparon por el medio ambiente.
Nunca se pronunciaron en la máxima tribuna del país a favor de los derechos de la infancia yucateca que iban a ser afectados con la puesta en marcha de la granja de cerdos.
Felipe Cervera se quedó mudo porque su padrino y amigo Rolando Zapata Bello otorgó todos los permisos para que la mega granja de cerdos pudiera funcionar; Rosa Adriana no dijo nada porque simplemente se dedicó a pasear por el mundo con dinero del pueblo. Fue una de las senadoras que más viajo con recursos públicos.
Ahora, como un juez federal ya falló a favor del pueblo de Homún los 25 diputados estatales simulan interés por el medio ambiente; pero durante la lucha ciudadana para cerrar la granja de marranos jamás opinaron nada, y mucho menos se pararon en ese municipio.
Rosa Adriana y Felipe Cervera presumen sus fotos juntos, y tienen razón, porque en el fondo son la misma cosa: politicos vividores que llevan más de 12 años colgados de cargos públicos y quieren que toda la vida los mantenga el pueblo.