Fueron mil 500 millones de pesos los que solicitó como deuda el ex gobernador Rolando Zapata Bello para el denominado Escudo Yucatán y nadie supo a ciencia cierta en que se invirtieron.

En nombre de la seguridad, todos los diputados locales de la anterior legislatura le regalaron a Rolando Zapata el cheque en blanco que fue el Escudo Yucatán, el cual se trató únicamente de una estrategia de mercadotecnia.

Zapata Bello gastó una millonada en medios de comunicación para tratar de posicionar esa ocurrencia, pero no se vio ningún resultado tangible, ya que la delincuencia no disminuyó, sino todo lo contrario.

Supuestamente ese dinero era para comprar cámaras de videovigilancia y nuevas patrullas, evidentemente sí se gastó dinero en adquirir dichos productos, pero ningún yucateco tiene la certeza de que los mil 500 millones de pesos se hayan gastado en fortalecer la seguridad.

Prácticamente el Escudo Yucatán fue para intentar posicionar la imagen del ex secretario general de Gobierno, Roberto Rodríguez Asaf, quien increíblemente era imagen de esa campaña de mercadotecnia.

El izamaleño apareció en toda la publicidad del Escudo Yucatán y sus derivaciones, como el Escudo Ejidal y demás ocurrencias, en otras palabras, con dinero de todos los ciudadanos promocionó su imagen en toda la entidad.

Pero de nada le sirvió porque al final de cuentas ya no ocupa ningún cargo público, pero la intención de Rolando sí era posicionar a su amigo izamaleño.

Lo importante fue el dispendio de recursos públicos en la vacilada esa, que todos los yucatecos estamos pagando, usted amable lector ¿dónde cree que fue a parar ese dinero?

Valdría la pena que el gobernador Mauricio Vila Dosal investigue esta situación, pues se trata de una deuda que tendrá que saldar su administración, claro, con el dinero de todos los yucatecos.