Una auténtica falta de respeto fue la que cometió esta mañana Carlota Storey Montalvo, funcionaria de la Secretaría estatal de Educación, a maestros que fueron candidatos a presidentes municipales y operadores políticos del PAN, pues les ofreció trabajo de intendentes, y si les iba bien, de recepcionistas.
Esta mañana en el Centro de Desarrollo Educativo (CEDE) de la Inalámbrica fueron citadas 20 personas del interior del estado que fueron candidatos a alcaldes y operadores políticos.
Ahí, de manera tajante, Carlota Storey les leyó la cartilla y les dijo: únicamente tenemos para ustedes “chamba” de intendentes, y si les va bien, de recepcionistas.
Además, los primeros cuatro meses no van a tener goce de sueldo, pues tienen que “hacer méritos” para ver si en abril ya pueden cobrar.
En otras palabras, estos primeros cuatro meses las personas que acepten el trabajo lo harán gratis (no se les hará retroactivo) porque ahora resulta que tienen que hacer méritos, como si el hecho de haber invertido tiempo, dinero y esfuerzo durante la campaña y haber dado votos al hoy gobernador Mauricio Vila Dosal no hubiera sido suficiente mérito.
El problema radica en que todas las personas que acudieron a la reunión con Carlota Storey son profesionistas, maestros específicamente, y esperaban un trabajo acorde a sus capacidades, ni más ni menos.
Vale la pena señalar que Carlota Storey es una “coox virar” que inició su carrera política en el Partido Nueva Alianza, instiuto gracias al cual se convirtió en diputada local plurinominal.
Mientras fue legisladora rompió relaciones con el Panal y se convirtió en panista; eso le permitió tener chamba siempre ya sea en el Comité Estatal de Acción Nacional o en algún ayuntamiento panista de Mérida.
Carlota fue una persona muy cercana a Joaquín Díaz Mena, pero se desmarcó de él cuando Huacho se salió del PAN.
En campaña nadie vio a Carlota Storey haciendo algo por algún candidato del blanquiazul, y ahora llega con una actitud soberbia diciendo a quienes sí operaron a favor del PAN que tienen que “hacer méritos”, como si ella tuviera algún mérito para vivir siempre de cargos públicos, y ahora que está bien parada con la secretaria de Educación, Loreto Villanueva, tiene una actitud “perdonavidas”.
No olvidemos que cuando fue diputada le descontaba el sueldo que le pagaba el Congreso del Estado a sus dos secretarias para dárselo a su chofer. Así que entendemos porque no valora el trabajo de los profesionistas.