Los magistrados y consejeros de la judicatura del Poder Judicial del Estado nos cuestan a los yucatecos 17 millones de pesos al año, eso sin contar sus “compensaciones”, aguinaldo, viáticos, prestaciones, y las veces que se enferman, porque lógicamente consultan en los hospitales más caros con cargo al erario, jamás irían al IMSS o al ISSSTE.
El presupuesto del 2019 para el Poder Judicial es de 590 millones de pesos, de los cuales 17 millones de pesos serán para el sueldo de los 11 magistrados y los cuatro consejeros de la Judicatura.
Vale la pena indicar que el magistrado presidente, Ricardo Ávila Heredia, cobra al mes 108 mil pesos, mientras que los otros 10 magistrados y los cuatro consejeros de la judicatura ganan 94 mil pesos.
Es necesario recordar que el presidente del Tribunal Superior de Justicia (Ricardo Ávila) funge también como presidente del Consejo de la Judicatura, aunque no cobra doble, ya sería el colmo con el sueldazo que tiene.
Los otros 10 magistrados son Ligia Aurora Cortés Ortega, Luis Felipe Esperón Villanueva, Marcos Alejandro Celis Quintal, Adda Lucelly Cámara Vallejos, Jorge Rivero Evia, Mygdalia A. Rodríguez Arcovedo, Leticia del Socorro Cobá Magaña, Ingrid Ivette Priego Cárdenas, José Rubén Ruiz Ramírez y Santiago Altamirano Escalante.
Mientras que los consejeros de la Judicatura son Luis Alfredo Solís Montero, Sara Luisa Castro Almeida, Melba Angelina Méndez Fernández y Luis Jorge Parra Arceo.
Absolutamente todos son priistas, le deben el cargo principalmente a Rolando Zapata Bello e Ivonne Ortega Pacheco, quienes en su momento ordenaron a los diputados del PRI que los designen magistrados o consejeros.
Por ejemplo, Marco Celis y Adda Cámara ocupan el cargo de magistrados gracias a Ivonne Ortega; mientras que Santiago Altamirano (magistrado) y Luis Parra Arceo (consejero) le deben el puesto a Rolando Zapata.
Sin embargo, todos mantienen nexos muy firmes con el priismo local; la mayoría de ellos no tenía carrera en el Poder Judicial, pues nunca habían trabajado ahí. Un día cualquiera fueron designados en el puesto pasando por encima de cientos de trabajadores que laboran en el Tribunal Superior de Justicia desde hace muchos años y que tenían más méritos.
Otra forma en la que los magistrados y consejeros sangran al erario es mediante el staff que tienen a su cargo cada uno, como son secretarios, asistentes, asesores y choferes, todo pagado con nuestros impuestos.
Y por si esto no fuera suficiente, cada uno de los sujetos nombrados puede jubilarse con solo 15 años de servicio con su sueldo íntegro, de manera tal que si alguno de ellos se jubilara hoy podrá disfrutar de 94 mil pesos mensuales hasta que se muera.
Su trabajo en meramente de oficina, ya que no salen de sus lujosos y amplios despachos con aire acondicionado; además laboran de lunes a viernes, en el horario que gusten, ya que ellos no checan tarjeta ya que se mandan solos.
Además, en periodos de vacaciones descansan; no trabajan 15 días de diciembre; 15 días de Semana Santa y el mes de agosto; eso sin contar el resto de los días festivos.
Tienen empleados y asesores que trabajan por ellos, por eso no sufren ningún desgaste físico o mental. La chinga se la llevan los empleados.
Y aún con todos estos privilegios estos individuos querían más dinero; pedían al Congreso del Estado 790 millones de pesos, lo bueno es que prevaleció la razón y los diputados les asignaron 590 millones, que aún así es mucho para lo que hacen.