Nuevamente queda claro que los políticos son unos mentirosos, lo decimos por la ex priista y ahora panista Celia Rivas Rodríguez, quien negó que se incorporaría a la administración estatal panista, pero ayer tomó protesta como directora del Registro Civil; entró por la puerta de atrás.
Como no tiene ninguna convicción política, lo mismo milita en el PRI que en el PAN, ahora Celia Rivas se convierte en funcionaria panista, gracias a las gestiones de su amigo el senador plurinominal Raúl Paz Alonso, con quien se llevó muy bien cuando ambos eran diputados locales.

Vale la pena indicar que el esposo de Celia Rivas, Fernando Cervera Pardernilla, también es alto funcionario estatal, pues cobra como director general del Colegio de Estudios Científicos y Tecnológicos del Estado de Yucatán.

De esta forma, aunque juró que no iba a cobrar en la administración pública, porque tenía “muchísimo trabajo en su despacho” vemos que más rápido cae un hablador que un cojo.

Por lo visto, la ex presidenta del Congreso del Estado estaba desesperada por volver a sangrar el erario estatal; recordemos que hizo su berrinche en el PRI cuando no la designó candidata a senadora.

Olvidó que gracias al PRI cobró 20 años en diferentes cargos públicos y se fue hablando pestes de ese partido político, casualmente cuando concluyó su periodo como diputada local.

Mientras cobró como presidenta del Congreso del Estado jamás tuvo queja del PRI, solo finalizó su gestión y dejó de cobrar e inmediatamente se dio cuenta que la gente que dirije el PRI es “misógina”, según ella.

Así, tanto Celia Rivas como su esposo Fernando Cervera se unen a la lista de “coox virar” políticos que un día dicen que son priistas y al día siguiente ya son panistas, incluyendo a Jessica Saidén Quiroz.

Todos ellos cambian de convicción política como cambian de zapatos.