El rector de la Universidad Autónoma de Yucatán (UADY), José de Jesús Williams, viajó ayer a la Ciudad de México para sostener una agenda de trabajo con la titular de la Dirección General de Educación Superior Universitaria (DGESU), la Dra. Carmen Rodríguez Armenta.
El rector, quien es el mejor pagado del país, señaló que “fue a platicar acerca de diversos puntos administrativos relacionados con recursos humanos y la operatividad de la institución, esto en el marco del recorte presupuestario al que fue sometida la UADY, por el Gobierno Federal, al igual que el resto de las universidades públicas”.
“El objetivo principal de esta reunión es trabajar en encontrar puntos de acuerdo para minimizar el impacto de la medida en el funcionamiento de la universidad”, señala el comunicado que envió la UADY.
En otras palabras, el Dr. Williams fue a llorar al gobierno federal porque no puede ajustarse a los nuevos tiempos en los que prevalece la austeridad, lo que nos permite concluir que fue a intentar bajar más recursos.
El señor piensa que sigue viviendo en los tiempos del PRI, periodo en el que eran consentidos los rectores de la UADY, tanto que al finalizar su gestión como rectores tenían chamba en el gabinete de los gobernadores, como es el caso de Alfredo Dájer Abimerhi, Raúl Godoy Montañez, entre otros, quienes trabajaron con Rolando Zapata e Ivonne Ortega.
Vale la pena recordar que Williams es el rector mejor pagado de México, incluso por encima del rector de la UNAM, que es la universidad más prestigiada y reconocida de México y de Latinoamérica.
El doctor no siente la austeridad porque sigue ganando un sueldo exorbitante, algo que en los tiempos de austeridad no debería existir.
De hecho, José de Jesús Williams gana más que el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, ya que su salario es de 260 mil pesos mensuales, mientras que AMLO cobra 108 mil pesos en el mismo periodo.
Asimismo hace un par de días informamos que la UADY se embolsó más de 11 millones de pesos en concepto de pago de derechos de examen de admisión de 19 mil aspirantes a entrar tanto a las preparatorias como a las facultades de la citada institución.
A eso hay que sumar que la máxima casa de estudios de Yucatán tiene un presupuesto anual de más de 2 mil 100 millones de pesos. Y por si no fuera suficiente debemos señalar que la institución tendrá en los próximos días otra derrama por las inscripciones de miles de jóvenes aceptados en las escuelas tanto de nivel medio superior como superior.
La pregunta entonces es ¿de verdad no tiene dinero la UADY? ¿O solo quiere más recursos para derrochar en los privilegios de unos cuántos?