El que abandonó a los yucatecos a su suerte es el presidente del Congreso del Estado, el diputado priista Felipe Cervera Hernández, quien con el pretexto del coronavirus se fue a encerrar al rancho que le heredó su papá, el ex gobernador Víctor Cervera Pacheco.
Mientras miles de yucatecos se quedaron sin empleo y hoy no tienen ni para comer, el diputado local Felipe Cervera se toma sus vacaciones, mientras su sueldo de más de 100 mil pesos mensuales está garantizado.
Desde hace varios días que el legislador priista no se para en sus oficinas del Congreso del Estado, y eso que es el presidente del Poder Legislativo.
El priista disfruta sus vacaciones en el rancho que le heredó su papá, Víctor Cervera Pacheco, quien fue dos veces gobernador de Yucatán.
Mientras los tres órdenes de gobierno (municipios, gobierno estatal y la Federación) están luchando por estirar los recursos para ayudar a la mayor cantidad posible de gente en esta crisis económica originada por la emergencia sanitaria, el presidente del Poder Legislativo demuestra qué tanto le importan los yucatecos: nada.
Los verdaderos héroes en esta contingencia son los doctores (as) y enfermeros (as) que están salvando vidas en hospitales. Ellos realizan una labor no solo esencial, sino de vida o muerte.
Sin embargo, los legisladores locales y federales (de todos los partidos) al estar acostados en sus casas todo el día durante la cuarentena demuestran lo que todos ya sabemos: que su trabajo no es esencial, son simples burócratas vividores del pueblo.
En campaña hace dos años todos caminaban varios kilómetros, todos los días, pidiendo el voto de la gente, sin importar las temperaturas de más de 40 grados.
Ahora, como no necesitan a la población, ni se acuerdan de ella.