Para no perder la costumbre del nepotismo, Liliana Araujo Lara impuso a su cuñada Selene Carrillo Sosa como candidata del PRI a la presidencia municipal de Tekantó.

Como todos saben, las hermanas Angélica y Liliana Araujo Lara tienen la costumbre de colocar a toda su familia en cargos públicos o conseguirles programas sociales.

Por ejemplo, un hermano de ellas recibió el año pasado el apoyo bimestral que entregó el gobierno a personas de escasos recursos que se quedaron sin empleo a causa de la contingencia por el Covid-19.

El hermano de estas señoras se hizo pasar por persona de escasos recursos cuando era (y sigue siendo) un prominente empresario. Timó al gobierno del estado y recibió un apoyo de 2 mil 500 pesos al mes durante dos meses a pesar que no lo necesitaba.

La hija de Liliana consiguió una beca del gobierno del estado en los tiempos de Rolando Zapata Bello para estudiar en la universidad más cara de Yucatán; esas becas se suponen eran para jóvenes de extracción humilde.

Y así varios parientes de ellas han recibido beneficios de programas del gobierno o incluso han trabajado en la administración pública.

Ahora toca el turno a Selene Carrillo, cuñada de Liliana, quien sueña con ser alcaldesa de Tekantó, mientras que Araujo Lara es candidata a diputada local.

En caso de ganar, ambas se cuidarían las espaldas; Selene protegería a Liliana en el Ayuntamiento, y Liliana cuidaría a Selene desde el Congreso del Estado; eso sin contar los “bisnes” que ambas pueden hacer desde el poder.